
Y es que es él, ese muchacho de ojos divinos, con esa mirada profunda y a veces misteriosa, de obscuros cabellos y fina piel blanca, de labios hermosos y sonrisa coqueta, de cuerpo delgado y andar placentero al cual conocí hace pocos meses, quien robó mi atención, y que poco a poco fue ganándose mi confianza, mis sonrisas, mi placer, mi felicidad, es ese al que amo hoy.
Estoy contando, la pequeña historia aún inconclusa de lo que yo vivo como verdadero amor, y digo inconclusa porque gracias a él creo en la eternidad.
Poco creí en la suerte de encontrar un hombre tan especial, era inusual saberme identificada plenamente, vagas imágenes acudían a mi cabeza representando tan fielmente lo que esperaba mi corazón, pero por fin puedo decir que encontré lo que buscaba.
Fue un día tan especial en el cual me sentía tan segura de saber lo que tenía y lo que quería, hasta que se atrevió a sonreirme insinuante pero también como si no existiera. Una mirada fue suficiente para poder cambiarme el panorama, ciertamente hizo presa a mis pensamientos y fue ahí donde comencé a preguntarme tantas cosas, una de ellas recuerdo fue que si realmente tenía lo que deseaba.
Ignorarnos constantemente nos servía de estrategia, nuestra táctica era por demás inusual, pero al fin certera, pues ahora se ha adentrado hasta mis huesos y puedo decir que conoce hasta mi tuétano.
Nos identifican tantas cosas, vaya es tan mágico, poco después le mostré que me interesaba, y ahí fue cuando sin inhibiciones me atrevía a dejarle probar un poco de mis emociones, con el tiempo necesitaba más de él, de su tiempo de sus caricias.
Hasta que me sentí preparada para recibirle con un corazón pleno, con sus heridas pero dispuesto a amar sinceramente. Y no mentiré, fue poco el tiempo en que me decidí perder el miedo a amarlo, pero todo fue gracias a su delicada manera de manejar las cosas, tanto que deseaba con toda mi alma caminar entre sus nubes y vivir su mundo lleno de magia, rosa como el mío.
Me cautivó con el sencillo argumento de amar la vida, es quien me recordó que no soy una máquina, me recordó quien soy y me está regresando MI VIDA verdadera. Un día pregunté lo más difícil de contestar qué somos?, con lo cual era yo quien le pedía fuera mi novio.
Estoy contando, la pequeña historia aún inconclusa de lo que yo vivo como verdadero amor, y digo inconclusa porque gracias a él creo en la eternidad.
Poco creí en la suerte de encontrar un hombre tan especial, era inusual saberme identificada plenamente, vagas imágenes acudían a mi cabeza representando tan fielmente lo que esperaba mi corazón, pero por fin puedo decir que encontré lo que buscaba.
Fue un día tan especial en el cual me sentía tan segura de saber lo que tenía y lo que quería, hasta que se atrevió a sonreirme insinuante pero también como si no existiera. Una mirada fue suficiente para poder cambiarme el panorama, ciertamente hizo presa a mis pensamientos y fue ahí donde comencé a preguntarme tantas cosas, una de ellas recuerdo fue que si realmente tenía lo que deseaba.
Ignorarnos constantemente nos servía de estrategia, nuestra táctica era por demás inusual, pero al fin certera, pues ahora se ha adentrado hasta mis huesos y puedo decir que conoce hasta mi tuétano.
Nos identifican tantas cosas, vaya es tan mágico, poco después le mostré que me interesaba, y ahí fue cuando sin inhibiciones me atrevía a dejarle probar un poco de mis emociones, con el tiempo necesitaba más de él, de su tiempo de sus caricias.
Hasta que me sentí preparada para recibirle con un corazón pleno, con sus heridas pero dispuesto a amar sinceramente. Y no mentiré, fue poco el tiempo en que me decidí perder el miedo a amarlo, pero todo fue gracias a su delicada manera de manejar las cosas, tanto que deseaba con toda mi alma caminar entre sus nubes y vivir su mundo lleno de magia, rosa como el mío.
Me cautivó con el sencillo argumento de amar la vida, es quien me recordó que no soy una máquina, me recordó quien soy y me está regresando MI VIDA verdadera. Un día pregunté lo más difícil de contestar qué somos?, con lo cual era yo quien le pedía fuera mi novio.
Y así un día siete de enero de este año, sucedió lo que deseaba, me pidió formalmente que fuera su novia.
A veces me envuelvo en mis propios miedos y temo perderle, a veces disfruto tanto nuestra vida, sólo espero que cada día que pasamos juntos sea una forma renovada de mirarnos, sólo quiero sentir mis manos entre las suyas y poder amarlo eternamente.
Pero lo que más amo de el es su libertad, y si algún día decide volar lejos de mi, que así sea, le amo plenamente y eso quiere decir que nunca opacaré con mis sueños los suyos.
Ernesto te amo, gracias por llegar a mi vida....